La verdad es que mi primer contacto con la materia se
remonta a más de dos décadas, cuando en
la escuela primaria realicé mi primera labor
en tela de arpillera y con hilo de lana a la tierna
edad de 7 añitos... ¡lo que ha llovido
desde entonces! Un par de años más tarde
llegaron vistosos cojines para mamá y un pequeño
alfiletero... sudorosas clases de costura tradicional
con una hermana religiosa muy exigente, aunque muy productivas.
Hicimos infinidad de muñecos de peluche y objetos
decorativos tejidos con nuestras manos.
Cuando
concluí dicha etapa realicé algunas labores
sencillas, pero de un modo muy esporádico. Fue
en el tiempo de la universidad cuando, a modo de afición
y de actividad "desestresante", retomé
la dedicación al punto de cruz de un modo más
constante, y ya no lo he dejado.
A
través de las siguientes páginas, y de
un modo introductorio y sencillo, quiero compartir algunos
de los modestos conocimientos que tengo sobre esta labor
acerca de los materiales necesarios, de cómo
dar los primeros pasos en el tejido y, como no, compartir
algunas de mis creaciones.